Te quiero Saltillo!!
Tratando de disipar mi enojo por cuestiones laborales me pongo a ver fotos de mis recién terminadas vacaciones decembrinas y quizás por la soledad de mi ruidosa oficina, la nostalgia invade mis pensamientos (siento como que me asfixio) y como defensa, mis pulmones lanzan un profundo suspiro… uuuufff!!!, ya muchas cosas me han pasado en los pocos días de este nuevo año, pero como la tristeza no tiene valor nutritivo, mejor les comparto unas cuantas fotos y cambio el tema...
Saben?, bauticé este post con el titulo “te quiero saltillo” porque ahora que estuve en el pueblo me llamó la atención que la ciudad esta tapizada de esta frase (espectaculares, calcas y spots publicitarios)… y quizás porque estoy lejos del terruño, leer y escuchar esta frase me llegó profundo y pues de cierta manera me hizo sentirme orgullosa de ser Saltillense... siiiii así de cursi me puse y que?.
Platicando al respecto con algunos amigos y familiares (uuuyuyuyyy que profundooossss!!), salio a colación el tema del nuevo y del viejo Saltillo y si bien es cierto que el Saltillo de hoy dista mucho del que deje hace casi diez años en busca de empleo y que esta diferencia es benefica, tambien es cierto que el clima del Saltillo de hoy ha cambiado para mal...
Entre las cosas beneficas coincidí con mis amigos de que el Saltillo de ayer no tenía muchas opciones que ofrecer para divertirse sanamente, como por ejemplo lo siguiente:
Cafés.- Me encanto ver que en Saltillo ya existen cafeterias Starbucks e Italian Coffe… digo, no es que sea el café mas sabroso del mundo, pero comparado con el que bebía con mi razita en las escasas cafeterías de hace diez años (café oso, ese, internacional, nescafe, etc), pos el de los gabachos y los poblanos sabe menos pior!!... además esos lugares se prestan para platicar largo y tendido con tus amigos mientras bajas tus e-mails que el sabor del café es lo de menos...
Salas de cine.- Una amiga me invitó a ver la pelicula "Amor en los tiempos del colera", pero como la pelicula estaba de weba y afuera hacía mucho frio, decidimos pasar el tiempo platicando en voz baja mientras el papucho de Javier Barden sufria por amor... comentabamos que hace diez años los únicos cines del pueblo no eran tan placenteros, como para quedarse a ver una pelicula tan mala como la que habiamos ido a ver... en su mayoría las paredes de los cines estaban cubiertos de telas de color rojo chillante que combinadas con la alfombra llena de acaros, tal parecían que nos encontrabamos en el ataúd de drácula, el olor a humedad mezclado con el de la maquina de palomitas te provocaba tal jaqueca que ni ganas de besar al novio te quedaban, las palomitas eran tan grasosas que ni la coca-cola de maquinita disimulaba el sabor a salado y manteca que te dejaban en la boca, los baños tan antiguos eran dignos de una película de terror, y en cuanto apagaban las luces, tenías que estar a la expectativa de que algunas de las cucarachas que pululaban libremente se estrellaran en tu cara o alguna rata cruzara por tus pies… vamos que los que sean Saltillenses y honestos no podrán decir que exagero!!!…. así que cada vez que voy al rancho me gusto saber que cada vez hay mas nuevas y modernas salas de cine donde ver la película de moda y pos si esta resulta mas aburrida que bailar con un hermano… pos de perdido sus asientos son muy cómodos como para platicar o de plano echarte una pestañita…
Hoteles.- Estoy de acuerdo en que aun y con toda la modernidad que viste hoy a mi pueblo, este no figura en la lista de los más visitados del mundo (ni siquiera del estado), pero nadie de los que lo conozcan en la plenitud de sus montañas que lo rodean, me podrá negar que mi rancho tiene lo suyo y que todavía conserva esa tranquilidad provinciana que muchos conocedores de lo bueno buscan para descansar… así que me dio mucho gusto ver que algunas de las grandes franquicias hoteleras ya dijeron presente en el pueblo y ahora tenemos a un Saltillo que ofrece a sus turistas diferentes opciones (según sea el peso del bolsillo) para hospedarse… vamos no es que hace diez años no hubiera buenos hoteles en Saltillo, por supuesto que los había y estos eran coloniales y elegantes, pero creo que sus propietarios, sintiendose la ultima coca-cola del desierto no hicieron nada por mejorar su servicio, así que ahora muchos de esos hoteles de antaño han pasado a la categoría “sin estrellas”….
Podría seguir mencionando algunos otros beneficios, pero mejor terminaré este post comentando lo que (sin considerar el incremento de violencia y desempleo que todo progreso origina) desde mi punto de vista es un cambio negativo en Saltillo… su clima!!
En “denantes”, el slogan de Saltillo era “la ciudad del cima ideal” y en realidad su clima era verdaderamente agradable, se podían diferenciar perfectamente las cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) … pero ahora, aunque todavía las puedes sentir, de repente como que se mezclan y logran engañar a la flora que confiando que el frió se ha ido, hacen brotar sus flores, las cuales a causa de helada tardía jamas se conviertan en frutos…
Hace 10 años, cuando la temperatura iba descendiendo rápidamente, se podía decir que el invierno se estaba haciendo presente... los amantes del sol decían que la alegría del verano se marchaba dejando un entorno gris tristeza que le restaba sabor y color a los días... decian también, que como el frío te obliga a pasar mas tiempo en casa y la nostalgia es friolenta, no te quedaba otro remedio que compartir tu casa con ella y por esas razones preferían los dias calurosos...
Pero a pesar de que yo siempre he sido friolenta y ahora disfruto de dias soleados, cuando vivía en el viejo saltillo disfrutaba más los días invernales, mis favoritos eran los dias cubiertos de densa neblina, en los que me fascinaba salirme a caminar por las calles hasta sentir como mi rostro se entumecía con el frio chipi chipi… y si era nieve lo que caía, me gustaba ir atrapando copos de nieve con mi lengua, bautizandolos de un sabor diferente: limón, chocolate, fresa, tutifruti…
Pero ahora (al menos los días que permanecí en mi rancho), el frío, aunque lo sentí fuerte, no trajo nieve, ni siquiera neblina, solo un viento tan helado que casi podías sentir como te cortaba la piel o te hacía pensar que tenías la ropa húmeda… el sol era pichojo o de plano "piojero"... estos días en mi pueblo no hubo estalactitas de hielo, de esas que se forman en las orillas de los techos o que empanizan los árboles cuando hiela y me gustaba "chupar"… extrañé mis viejos diciembres, mis días pintados de blanco, tan blancos como mi inocencia de esos años, en los que para burlar al frío mientras jugaba en la calle me cubría con bolsas de plástico los pies y las manos y me cubría las orejas con una gorrita estilo “guashanguer”…
Donde ha quedo la nieve de sabores, la escarcha cristalina que se antojaba chupar, la neblina donde nadaba mientras soñaba despierta... será culpa del cambio climático o quizás un complot de los amantes del sol?...
