Friday, December 15, 2006

Dale, dale daaaaale, no pierdas el tiiinooooo….

Continuando con el fervor religioso, mañana inician tradicionalmente las posadas, fiestas muy mexicanas que se celebran desde hace mas de 400 años, aunque su historia va mucho mas allá de esta fecha y creo que tienen algo que ver con Huchilopoztli...
En mi infancia, las vacaciones de diciembre eran las mas esperadas por mi, ya que iniciaban con las posadas. Doña Tencha mi vecina era la principal alcahueta para estos eventos, ella junto con mis tías y otras vecinas pederas, desde unos días antes, adornaban una tarima de madera en forma de camilla de hospital, donde improvisaban un establo y colocaban unas grandes figuras de yeso de San José, la virgen María, un buey (toro), un burro y unos borreguitos que el cura de la iglesia de la colonia les prestaba y al parecer estaban benditos.
Cada noche nos reunían (a niños y adultos) en una banquita de la cuadra y seleccionaban a los dos niños (un niño y una niña), que mejor ser hubieran portado a juicio de sus padres, para cargar a los santos peregrinos, recuerdo que era un honor ser los elegidos para cargarlos, pero para mi era mucho mejor ir detrás de ellos, tronando cuetes y cantando con mis amiguitas entre risas y borlote, quizás digo esto, porque yo nunca fui la elegida y la única vez que los cargue fue un desastre ya que a mi amiga (la elegida por su bien comportamiento) le dieron ganas de hacer pis y como yo era la mas cercana, me pidieron que ocupara su lugar en lo que corría hasta su casa... pero para mi desgracia, tal vez por el nerviosismo, o por la falta de costumbre, no pude con el peso de la tarima y mande al piso a los santos peregrinos, con todo establo, el toro, el burro y los borregos, afortunadamente para mi, el heno y las maderas del establo amortiguaron el madrazo a los peregrinos, quienes solo recibieron unos cuantos golpes y raspones, le quebré una oreja al burro y creo que a los borregos y al toro solo les dio diabetes del susto… fue mi debut y despedida : (.
Caminábamos por las calles de la colonia cantando villancicos, con una vela dentro de un farolito de papel de china, tronábamos cuetes y prendíamos luces de bengala “pidiendo” posada casa por casa hasta que llegábamos a la destinada para rezar el rosario, siendo honesta esta erá la peor parte para mi, no tanto por la rezada, sino por los pellizcos y coscorrones que recibíamos de los adultos por estarnos riendo o platicando, pero Doña conchita, ouuchhh, ella era la mas estricta y sádica de todas, a veces me daba la impresión de que disfrutaba el pellizco, ya que mientras retorcía el brazo para que el pellizco fuera mas fuerte, una ligera sonrisa se dibujaba en su rostro… Los niños le teníamos pavor y por eso tratábamos de quedar lo más alejados de sus manos, pero la regla del cura, era que los más traviesos se sentaban a su lado, así que muchas veces me tocó estar a su lado y recibir una fuerte dosis de pellizcos, y coscorrones… ouuchhhh!!, tan solo recordarlo me duelen los brazos y la cabeza : (.
Desconozco si a la fecha existía una versión resumida del rosario, porque al menos el que se rezaba en mi época tenia tantos misterios (gozosos, doloros, etc) y letanías que antes de llegar al ruuuuueeeeeeega por nosotrosssssh (a la fecha no entiendo porque se repite tantas veces) ya estaba de lo mas fastidiada y eso mi mente creativa lo aprovechaba para inventar inocentes maldades, que iban desde aventar cáscaras de cacahuates o confeti en la boca de los demás, hasta quemarle los pelos al que estuviera delante de mi, peeeeroooo, yo no era la única con mente creativa, mis amiguitos también lo eran y yo siempre estaba en desventaja porque con Doña Conchita a mi lado, mi creatividad se bloqueaba y muchas veces de tanto estar repitiendo el rosario como “merolica” me llegaba a quedar dormida, lo que aprovechaban mis amiguitas para hechar a volar su creatividad y lo que aprovechaba Doña Conchita pa' descargar sus frustraciones y propinarme un buen coscorrón, dizque pa’ mantenerme despierta, ahora que lo pienso, de tanto coscorrón y pellizco, creo que para mi el rosario era de puros misterios dolorosos, y los gozosos para mi eran al terminar el eterno ruuuuueeeeega por nosotrossssh, porque la dueña de la casa, repartía los dulces (la mejor parte de la noche) y salíamos a la calle a quebrar la piñata al ritmo del daaaaale, daaaaale, daaale….
Poco a poco fuimos conociendo a las vecinas destinadas para cada posada y con el paso de los años, ya sabíamos desde en denantes lo que la vecina nos daría después del rosario, por ejemplo, Doña Cuquita siempre repartía un bastón de caramelo, Doña Chayo, una triste naranja y un puñado de cacahuates y colaciones, Doña Chayito (la mas finolis de la colonia), una bolsa llena de dulces, pero la mas esperada por todos era la ultima posada (esa siempre le tocaba a Doña Juanita), porque además de dulces nos daba tamales y champurrado o ponche calientito y en algunas ocasiones, hasta un plato de delicioso pozole!!!…
Waoooo, que razón tenía el que dijo que recordar es volver a vivir, lastima que esas tradiciones, inevitablemente, poco a poco se han ido perdiendo y es que mucho de lo que fuimos y de lo que aún somos, estamos dejando que se nos escape, permitiendo que influencias extrañas, perniciosas, a nuestra manera de ser, de obrar y de pensar, lleguen con nefandas innovaciones para adulterarlo todo, para contaminar nuestras costumbres, lo nuestro, lo auténtico y en este caso nuestras posadas no han sido la excepción.
Ahora, las más de las veces se han convertido en bulliciosos bailes sin el recorrido de los peregrinos por la casa o el patio de vecindad. Ya no arden las multicolores velitas ni se encienden las luces de bengala y los farolitos ya se han convertido en artesanías pa’ los gueros que nos visitan. Ahora el abundante licor suple al tradicional ponche, no digo que esto sea malo, estoy de acuerdo que todo cambia, que todo es continua mutación de costumbres, ideas, tradiciones, etc., pero los invito a que durante los siguiente nueve días, aunque sea un solo día y en compañía de quienes quieran, celebren una posada y que con villancicos y panderos, salga a “pedir” posada, aunque sea en su propia casa, se pueden brincar el rosario, porque se necesita tener una mente prodigiosa para aprendérselo (no cualquiera lo sabe rezar)…. pero no me podrán negar que una especie de magia inundará sus corazones y sin que se den cuenta, dibujaran una sonrisa en su rostro.
Para terminar les comparto el significado que encontre en la internet de algunos de los elementos mas tradicionales de las posadas:
EL ROSARIO:- Tan temido por mi, pero una posada tradicional inicia con el rezo del Rosario. Del 16 al 24, los católicos deben rezar nueve rosarios (un novenario), como una preparación espiritual al Nacimiento de Jesús.
LA PIÑATA.- Mi favorita, la tradicional es una estrella de siete picos, que representan los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Sus colores vistosos significan lo atractivo que puede ser el pecar.
LA VENDA.- Para destruir la piñata – al pecado – se cubren los ojos, pues la única guía es la fe.
EL PALO.- Pa' partirle su M a la piñata, representa al Evangelio, con lo cual se destruye al pecado. Los demás participantes, que orientan hacia dónde hay que dar el golpe, representan a la Iglesia.
LA FRUTAS.- Que vienen adentro de la piñata, simboliza la gracia de Dios derramada al destruir el pecado, es decir, al romper la piñata.
LA COLACIÓN.- Las bolsitas llenas de cacahuates y dulces son un signo de dar comunión. Dar ponche de beber o una cena es, también, un signo de que se comparten los bienes.
LOS PEREGRINOS.- Representan a la Virgen y San José. Los participantes llevan una vela que simboliza la luz de Cristo y simulan pedir Posada.
LAS LETANÍAS.- las que se realizan caminando, recuerdan el camino a Belén de la Virgen y San José

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