Monday, June 04, 2007

eeeeeehhhh????
Esta es la cara de sorpresa que pusimos mi amiga Norka y yo cuando el vigilante del club deportivo nos pidió nuestras credenciales de acceso al mismo…
La puerta del club es electrónica y generalmente nunca hay alguien vigilando que el portador de la credencial sea quien dice ser, así que por un par de meses ambas entrábamos de incógnitas con las credenciales que dos de nuestras amigas nos prestaban... la verdad la pasábamos bien, jugábamos un rato al frontón o corríamos en la pista, pero sabíamos no era lo correcto, que era algo efímero y que corríamos el riesgo de que algún día podríamos ser descubiertas, honestamente yo pensaba que la probabilidad de ser descubiertas era la misma de sacarme la lotería, pero no contaba con que Murphy se manifestara y me restregara en la cara lo equivocada que estaba… mmmm, será que si compro un boleto de lotto millonario o del melate con revancha, Murphy nuevamente se manifieste??… mmmm, yo no lo creo!!.
Ahora bien, yo no se si lo que yo sentí es lo que se siente cuando te cachan in fraganti… pero cuando el vigilante, con el pretexto de activar las credenciales, nos las solicito con una maligna sonrisa (como sabiendo que eramos unas tramposas), mi primera reacción, ademas de sentir como si me cayerán los chones, fue dar la media vuelta y salir corriendo... pero en lugar de eso y pretendiendo reflejar una tranquilidad que no sentia, metí mis manos a las bolsas de mi short, pero quizás por el nerviosismo o porque Dios me estaba protegiendo como acostumbra, no encontraba la mentada credencial... sin embargo, rápidamente sentí como si un viento glacial se introdujera por mis poros, pero inmediatamente después (casi al mismo instante), un calor infernal me hacía sudar frió... y yo sentia como ese calor rápidamente iba pintando mis cachetes de un color rojo carmín (como el de la cola de los mandriles)… y creo que ese fue el mismo sentir de Norka, porque sus cachetes estaban igual de rojos que los míos, aunque debo reconocer que ella se quizas sentía mucho peor, porque como ella llevaba la credencial en las manos, no tuvo mas remedio que entregársela al vigilante, quien como un gallo de pelea, rapidamente infló su pecho y aleteando tan alto como pudo, encajó su afilada espuela en el de mi desprotegida amiga...
veeerdaaad que usted no es sociaaaa del cluuu'?, le cuestiono mirándola a los ojos
quieeen yooo?, ahhh nooo, nooooo, la verdad es que yo entro con la credencial del hijito de una amiga, le respondió una Norka agonizante.
entooonceees, como no es sociaaaa, no la puedo dejar entraaaar, la remato diciéndole el vigilante.
aaah, noooo?, buuuueeeeno, pueeees noooo, le respondió Norka, extendiéndole la mano para que le regresara la credencial...
solo permítame tomar unos datos de la credencial y se la regreso... y así finalizando su ataque con mi amiga, pero no conforme con su triunfo, giró su mirada hacía mi y muy seguro de volver a triunfar, me preguntó de manera amenazante:
Y su creeedenciaaal??
Un guuulppp, sonó en mi garganta, pero afortunadamente el vigilante no lo escuchó, así que yo solo me concrete a verlo fijamente a sus ojos y decirle lo primero que se me viniera a la mente, por lo que sin pensarlo y fingiendo una seguridad que no sentía ni tantito, le respondí…
Mire, si mi amiga no puede entrar, entonces no tiene caso que me active la mía, yo vengo después, no se preocupe, reconocemos que hicimos mal porque ella no es socia, pero no pensamos que esto podría tener graves consecuencias, sabemos que usted esta haciendo su trabajo y tiene razón, blah, blah y mas blah… la verdad ya no recuerdo que más le dijimos, pero mi madre siempre ha dicho que soy tan royera que incluso podría venderle refrigeradores a los esquimales, así que no se si fue el kilo de verbo que me avente o realmente fue ayuda divina lo que nos salvo, porque el gallo (perdón, el vigilante) si se la creyó (que yo era socia) y ya no me pidió mi credencial... de hecho como que se compadecio de nuestra agonia y después de darnos una regañada tipo mama de adolescente, la cual aguantamos dignamente en silencio y mirándonos al ombligo, el vigilante nos regreso la credencial confiscada, advirtiendonos que por esta única vez nos la perdonaba... una vez que nos entrego la credencial, cual gallinas desplumadas, nos dimos la vuelta y nos alejamos silenciosamente (sin cacarear) del clu'... agradeciendo en el fondo que nuestra amiga no saliera perjudicada (por andar prestando su credencial), pero cuando perdimos de vista al gallo giro, nos carcajeamos por el terrible oso que acabamos de pasar, que máas remedio nos quedaba?...
Pero en fin, como dice el dicho, no hay mal que por bien no venga, ya que al negarnos el acceso al clu’, no nos quedo de otra que irnos a correr de manera libre y soberana al malecón de la isla y honestamente, sin pretender que esto suene a resignación… la verdad nos hicieron un bien, ya que nos estábamos perdiendo la oportunidad de ver hermosas puestas de sol mientras corremos, de refrescarnos el sudor con la brisa del mar, de entretenernos con el grito de los niños jugando o viendo a las familias carmelitas caminando y ejercitandose a su modo y lo mejor de todo… sin el temor de ser descubiertas ya que no necesitas tener membresía para correr en el malecón!!.
Solo me resta agradecerle a mis amigas por el tiempo en que además de arriesgar su membresia, me acompañaron a ejercitarme, la verdad que por disfrutar de su compañia bien valió la pena tomar el riesgo y aguantar el oso, pero ya me he prometido (y le he prometido al vigilante) no volver a hacerlo :-) ... sean felices que yo también los quiero mucho!!.

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