Primera parte del recuento de mi cumples!!!

Siempre he pensado que la naturaleza es la mejor compañera en esos momentos de soledad, porque te permite conversar abiertamente y sin tapujos contigo mismo, lejos del asfalto y la tecnología, del “que dirán”, del "tienes que”… en compañía de la naturaleza, me siento real, libre de reir o llorar, mis emociones afloran tan facil y libremente que puedo sentirlas y escucharlas… Desde niña, a pesar de que nací y crecí en medio del desierto, siempre he estado conectada con el mar, de hecho en el fondo de mi corazón siempre supe que viviría parte de mi vida junto a el y no se si por coincidencia, por culpa del destino o porque soy profeta… heme aquí, viviendo en una isla!!!...
Antes de aprender a bucear, sentarme frente al mar para observar el vuelo de las gaviotas mientras escuchaba el sonido de las olas me ayudaba a vencer esos momentos que parecían oscurecer mi camino, pero después de la primera vez que me sumergí en sus profundidades, para sentir el latido de su corazón junto al mío, mi forma de ver la vida cambio, quizás piensen que exagero, de hecho cuando Jorge mi nuevo instructor me dijo, el buceo es adictivo, yo me reí… pero ya estando en el fondo, escuchando solo mi respiración mientras los peces y corales con su danza silenciosa me daban la bienvenida… le di la razón.
Reconozco que me falta mucho camino por andar en este nuevo deporte del cual me he vuelto adicta, soy una novata del buceo a la que hace un par de años se le quedo muy grabado lo que le dijo su instructor de buceo (Gabriel)… “un buen buzo no es aquel que sabe como actuar en una situación de peligro, sino aquel que no se pone, ni pone a sus compañeros jamás en una situación de peligro”, por esa razón siempre digo que por muchas inmersiones que acumule me seguiré sintiendo primeriza y al igual que hasta ahora, espero seguir llorando de emoción al ver el arrecife (afortunadamente el -"me entró sal en los ojos", siempre será un buen pretexto). Tal como les comente en el post anterior, tenía deseos de pasar mi cumples buceando y por ser una niña buena, Dios lo ha hecho realidad, así que en compañía de amigos muy queridos, quienes al igual que yo, gustan de compartir con la naturaleza su tiempo libre, mi cumples y el de Cayo lo pasamos sumergidos en el oceano, quien en esta ocasión me cobro una dolorosa factura por penetrar en sus profundidades, pues pude sentir la dolorosa caricia de un coral de fuego y la de una pandilla de medusas, jellyfish, aguas malas, pica pica, o como quiera que se llamen, pero nada que el vinagre o una orinada (yo preferí el vinagre) pudieran remediar…. poco a poco iré narrando las vivencias de este viaje, pero por ahora los dejo con algunas fotos exclusivas del buceo… aprovecho para agradecer a nuestros amigos por acompañarnos a Cayo y a mi en esta hermosa aventura... sean felices que yo tambien los quiero mucho